Los cóccidos o cochinillas son unos homópteros chupadores que se fijan sobre las partes aéreas de la planta o árbol, viviendo en colonias de numerosos individuos. Como todos los insectos, a lo largo del año pasan por diferentes estados: huevo, larva, ninfa o pupa, adulto.
La cochinilla y especialmente la cochinilla algodonosa es una plaga común y recurrente en huerto, jardín y plantas de interior a la que debemos estar pendientes, ya que, si no la controlamos, pueden llegar a convertirse en una pesadilla para todo hortelano.
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Ciclo biológico de las cochinillas
Los cóccidos o cochinillas son unos homópteros chupadores que se fijan sobre las partes aéreas del árbol, viviendo en colonias de numerosos individuos. Como todos los insectos, a lo largo del año pasan por diferentes estados: huevo, larva, ninfa o pupa, adulto.
Las principales familias que integran este grupo de artrópodos son cuatro, las Diaspididae (especies de importancia ecológica son el piojo rojo de California, piojo gris, serpetas y en menor medida, piojo rojo y piojo blando), las Pseudococcidae (el cotonet y la cochinilla algodonosa), las Margarodidae (cochinilla acanalada) y las Coccidae o Lecanidae (las caparretas).
La familia de cochinillas Diaspididae odiaspinos se diferencian del resto en que tienen movilidad en las larvas de primer estadio. Las hembras se ven cubiertas por un escudo separable del insecto (esférico en piojos o en forma de gota en serpetas), formado por la superposición de exuvios larvarios y filamentos céreos. Los machos adultos también son móviles.
En general las larvas son las formas más sensibles, tanto a las inclemencias del tiempo como a los posibles tratamientos que se realicen.
Las encontraremos en mayor número poco después del máximo generacional de las formas adultas. Ese momento suele iniciarse tras el pico de la curva de vuelo de los machos, sí situamos en el cultivo una serie de trampas con feromonas femeninas, podremos conocer esta curva de vuelo de machos y saber cuál es el momento adecuado para actuar sobre las larvas.
Cómo afectan las cochinillas a los frutales
Son insectos que comen diferentes savias, son polífagos, detectándose principalmente en plantaciones de cítricos, algodón, olivo, perales, algarrobos y algunos otros frutales y ornamentales leñosas.
Si miramos el árbol o la planta, a simple vista veremos pequeñas escamas, son los escudos. Dentro, las larvas y las hembras adultas van alimentándose de la savia. La succionan hasta que terminan de desarrollarse, entonces hacen las puestas de huevos (o larvas, si son vivíparas). Esta succión de savia, teniendo en cuenta que viven y se desarrollan en colonias, puede causar a las plantas una serie de problemas:
- Por un lado, pueden producir defoliaciones parciales, desecamientos de brotes y ramas o debilidad en el árbol, con la consiguiente reducción de la producción, debido a la absorción de savia.
- Por otro, también llevan como acompañante a la negrilla o fumagina (hongo saprofito que vive sobre la melaza excretada), impidiendo la normalidad de la actividad fotosintética.
- También existe una infravaloración comercial de los frutos con escamas visibles, bien por las decoloraciones que producen (piojo gris, serpeta), bien por su presencia directa (piojo rojo de California); con criterios comerciales estrictos, más de 10 formas visibles por fruto son causa de destrío (incluso para ecológicos). No obstante, este es un daño estético, ya que en el interior la fruta está totalmente limpia y con todas sus propiedades.
Principales especias de cochinillas en cítricos
El piojo rojo de California (Aonidiella auranti, Maskell),
Es un diaspídido alóctono que se introdujo por primera vez en la comarca de La Ribera (Valencia).
Su escudo es pardo rojizo, de unos 2 mm, posee velo ventral. Suele tener tres generaciones (mayo-junio, julio-agosto y octubre-noviembre) o cuatro si el año es caluroso. Se cobija en la parte exterior del árbol, presentando preferencias por los frutos, que llegan a deformar. Se esconde debajo de los sépalos del cáliz cuando el fruto empieza a formarse, para salir cuando ya está lo bastante grueso. No deja marca decolorante en fruto.
El piojo gris (Piolatria pereenda, Comstock)
Puede causar algún daño en las zonas donde no abunda el piojo rojo están ambos. Su escudo es gris. Tiene tres generaciones (junio, agosto-septiembre y noviembre) prácticamente coincidentes con Aonidiella y Lepidosaphes. Lo encontraremos fundamentalmente en ramas y hojas viejas (plantaciones de más de 10 años). Su picadura decolora el fruto.
La serpeta gruesa (Lepidoaphes beckii, Newn) y fina(L.gloverrid)
Sólo tienen una importancia puntual, pues suelen ir asociadas a otras plagas. Presentan mayores densidades en el interior del árbol. Coinciden sus generaciones con las anteriores. El fruto queda con mancha verdosa allí donde se sitúa el insecto.
¿Qué podemos hacer de forma ecológica?
Lo primero que debemos hacer es invitar a sus depredadores y parásitos a que vengan a poner equilibrio. Les facilitaremos lugares adecuados tales como setos con floraciones intensas, cubiertas silvestres variadas.
Los himenópteros parásitos, sobre todo del género Aphytis, son muy importantes para el control natural de los diaspinos. Les atraen las umbelíferas y las rosaceas.
Otros depredadores que controlando forma biológica a las cochinillas son los coleópteros de los géneros Lindorus y Chilocorus, pequeñas mariquitas muy voraces.
En definitiva, favorecemos la biodiversidad cultivando plantas y creando lugares que atraen a los insectos beneficiosos, seguramente este post te puede ayudar a mejorar la biodiversidad de tu huerto o vergel «Insectos beneficiosos para el huerto»
Si lo anterior no es suficiente se pueden realizar tratamientos con aceite de neen también se pueden utilizar aceites minerales o parafínicos, al 12%, a presiones de 30 atmósferas, y gota pequeña. En verano debe efectuarse por la tarde-noche o a primeras horas de la mañana, para evitarla fitotoxicidad.
Hay tratamientos alternativos al uso de aceites, por ejemplo, el silicato de sodio.
También se puede utilizar la mezcla de jabón potásico y aceite de neem ,es quizá lo más efectivo y lo más fácil de encontrar en el mercado a día de hoy.
El jabón potásico sobre todo ofrece buenos resultados en la primera generación. En plantaciones de frutales, una alternativa puede ser también el Polisulfuro de calcio, a dosis superiores al 3% (hasta el 10%), como tratamiento de invierno.
Con poblaciones altas se actuará tras la primera y segunda generación. Este tratamiento inicial (mayo-junio) deberá efectuarse con aceite de neem o aceité parafínico, o con silicato de sodio para no perjudicar al cuajado. El siguiente (agosto) puede ser con aceite mineral menos refinado. Si las poblaciones son bajas, haremos sólo un tratamiento en agosto septiembre, o un tratamiento cada dos años.